Del cerebro estresado al aumento de peso: Cómo el estrés afecta tus hábitos alimenticios. En un interesante estudio llevado a cabo por un equipo del Instituto Garvan de Investigación Médica, se ha descubierto que el estrés puede interferir con la respuesta natural del cerebro a la saciedad.
Este descubrimiento revela un vínculo intrigante entre el estrés y nuestros hábitos alimenticios, especialmente cuando se trata de elegir alimentos más sabrosos y placenteros.
El estudio nos muestra cómo el estrés crónico, combinado con una dieta alta en calorías, puede conducir al aumento de peso y la obesidad.
Estos hallazgos nos recuerdan la importancia de mantener una dieta saludable en momentos de estrés para preservar nuestro bienestar. ¡Acompáñanos mientras exploramos cómo el cerebro estresado puede influir en nuestra relación con la comida!
Una pequeña historia:
Imagina esto: estás sentado en tu escritorio, lidiando con el estrés abrumador de la vida diaria. Sientes la tensión en tus hombros mientras te sumerges en tus responsabilidades.
Tu cerebro está trabajando arduamente para mantener el equilibrio, pero de repente, algo cambia. Tu necesidad de alivio te lleva directo a la nevera, buscando alimentos que te brinden un consuelo instantáneo. ¿Te suena familiar?
El equipo de investigación del Instituto Garvan ha desentrañado el misterio detrás de este comportamiento. Han descubierto que el estrés puede interferir con una respuesta cerebral clave que normalmente nos ayudaría a moderar la ingesta de alimentos.
Este fenómeno tiene lugar en una parte del cerebro llamada hábena lateral, que generalmente amortigua las señales de recompensa que nos impulsan a comer más. Sin embargo, bajo el estrés crónico, esta región del cerebro permanece en silencio, lo que desencadena una respuesta de recompensa continua y promueve la búsqueda de alimentos sabrosos.
El vínculo entre el estrés y la alimentación:
Es fascinante descubrir que, aunque algunas personas comen menos durante momentos estresantes, la mayoría tiende a buscar alimentos con alto contenido calórico, ricos en azúcar y grasa.
Para comprender mejor este fenómeno, el equipo de investigación examinó cómo diferentes áreas del cerebro respondían al estrés crónico bajo distintas dietas.
Los resultados fueron sorprendentes. En ratones con una dieta alta en grasas, se encontró que el área de la habénula lateral, encargada de desactivar la respuesta de recompensa del cerebro, se mantenía activa en un principio para evitar el exceso de ingesta.
Sin embargo, cuando los ratones estaban sometidos a estrés crónico, esta área permanecía en silencio, permitiendo que las señales de recompensa persistieran y fomentaran la alimentación por placer.
Además, los ratones estresados con una dieta alta en grasas ganaron el doble de peso que aquellos con la misma dieta pero sin estrés.
El papel de la molécula NPY:
La NPY (Neuropeptido Y) es una molécula presente en el cerebro que desempeña un papel importante en la regulación del apetito y el equilibrio energético. actúa como neurotransmisor y está implicado en diversas funciones fisiológicas, incluyendo la regulación del hambre, la saciedad y el metabolismo
Detrás de este aumento de peso se encuentra una molécula llamada NPY, que el cerebro produce en respuesta al estrés. Al bloquear la NPY en los ratones estresados con una dieta alta en grasas, los investigadores observaron que los ratones consumían menos alimentos reconfortantes y experimentaron un menor aumento de peso.
Esto indica que la NPY desempeña un papel crucial en impulsar los antojos de alimentos dulces y sabrosos durante períodos de estrés.
La preferencia por alimentos dulces y sabrosos:
Para profundizar aún más en la relación entre el estrés y nuestros hábitos alimenticios, los investigadores llevaron a cabo una «prueba de preferencia de sucralosa» en la que los ratones podían elegir entre beber agua o agua endulzada artificialmente con sucralosa.
Los resultados fueron reveladores. Los ratones estresados con una dieta alta en grasas consumieron tres veces más sucralosa que los ratones con una dieta alta en grasas pero sin estrés.
Esto sugiere que el estrés no solo activa la recompensa al comer, sino que específicamente impulsa un antojo por alimentos dulces y sabrosos. Es importante destacar que esta preferencia no se observó en ratones estresados que seguían una dieta regular.
El estrés y el equilibrio energético saludable:
El estrés puede tener un impacto significativo en nuestro metabolismo energético y, a largo plazo, puede comprometer nuestra salud.
Si bien en situaciones estresantes es comprensible buscar una sensación de recompensa a través de la comida, cuando el estrés se prolonga, esta respuesta puede volverse perjudicial para nuestro bienestar general.
Los investigadores concluyen que el estrés actúa como un regulador crítico de los hábitos alimenticios, anulando la capacidad natural del cerebro para equilibrar las necesidades energéticas.
Por lo tanto, es crucial evitar un estilo de vida estresante y, especialmente, adoptar una dieta saludable durante períodos de estrés prolongado. Al optar por alimentos nutritivos y evitar la comida chatarra, podemos preservar un metabolismo energético saludable y mantenernos en un estado de equilibrio.
En resumen:
La investigación llevada a cabo por el Instituto Garvan de Investigación Médica ha revelado una conexión fascinante entre el estrés, nuestros hábitos alimenticios y el aumento de peso.
El estrés crónico puede anular la respuesta cerebral natural que regula la saciedad, lo que nos impulsa a buscar constantemente alimentos sabrosos y placenteros. Este fenómeno se ve agravado cuando combinamos el estrés con una dieta alta en calorías.
La clave para mantener un equilibrio energético saludable radica en comprender cómo el estrés afecta nuestro cerebro y nuestras elecciones alimenticias. Al adoptar una dieta saludable y evitar la comida chatarra durante momentos de estrés, podemos contrarrestar los efectos negativos en nuestro metabolismo y promover un bienestar general duradero.
Recuerda, tu salud y bienestar son importantes, y tomar decisiones conscientes en relación con la alimentación puede marcar la diferencia en tu calidad de vida. ¡No permitas que el estrés tome el control!
Si deseas recibir consejos nutricionales adaptados a tus necesidades individuales, te recomendamos que solicites una consulta con un experto en nutrición. ¡No dudes en buscar apoyo y hacer de tu bienestar una prioridad!
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